Carlitos nos abre el portal generoso de su corazón. Cada verso será un latido del eco reconocible de su fervor, su pasión en la entrega, su tristeza por lo ido, su luciérnaga esperanza. Vida vibrante y desnuda, sin maquillajes ni artificios.
El amor abordado moja todas las instancias de la vida.
Amor al prójimo, a la música, al niño necesitado, a la madre tierra, a la naturaleza, a la perfección, a la mujer compañera. Amor a todo, porque así es su andar.
Aquí hay un culto rendido al amor, ennobleciéndonos como personas. Un rescate de todo lo humano valioso, verdadero y permanente reconciliándonos con la vida, deleitándonos con el todo lo que nos rodea, para al fin reconocernos en un tenernos en cuenta, y llevarnos dentro como una gota de vida humedeciendo el día, como un destello de sol alumbrando el hoy.
Juan Carlos Durilen. Ciudad de Córdoba, a los 24 días del mes de mayo del año 2004.
Tapa : "La Yunta", óleo, Elizabeth Agostinelli (1993).
como aquel viñador
como aquel viñador que sabio espera
a sus racimos de la pulpa al cuello
y en el momento justo da el degüello
camino al vino de la primavera
sabiendo que si verde lo arrebata
no llegará a ser su propio vino
y un funesto “picarse” ya destino
le asalta el alma y artero lo mata
así
pasaré en el instante preciso
tras los besos de tu parral ya boca
para morir con mi alma más loca
ebrio de sueños en tu paraíso
como el plátano
yo que sostuve la infantil porfía
de sentirte cerquita y a mi lado
donde sostuve un soñador honrado
por la luz que irradió tu compañía
desde un soñar que en su ceguez delata
la inocencia precoz de quien se pierde
dando una cara que se muestra verde
y la que no se ve sola y de plata
me deshojo de penas con el viento
azotado de amor con el tormento
de sentirte más lejos y me mata
y cual plátano canto mi lamento
con una cara verde donde siento
y la que no se ve sola y de plata
mirándote
tras la cándida hiel de mi derrota
con que me asomo vencido fresquete
desde un fangal desierto que arremete
deslloverte por dentro gota a gota
va mi sueño pispiándote y agota
este mirarte así ... como un juguete
marioneteando muecas de purrete
por un guiño de tu alma de bebota
es procaz senectud esta ironía
con que te desnudó mi tanguería
de galante fatal y enamorado
hoy en flor tu aceptarme sin despojos
me entrego a la luz mala de tus ojos
desnudo de arma blanca1 y desamado
la rueca
desde el mecerse en la niñez tranquila
hasta el hondo decir ansiada meca
el hombre va con su dolor si peca
y por bien si la buena lo asila
el hombre va con su decir y enfila
su pasión y su vida es una rueca
donde tejieron sin cesar reseca
la razón y el amor que el tiempo hila
y yo dudoso en mi destino incierto
ensilenciado ya por poco muerto
con una rueda que no gira sigo
tejiendo versos y con manos serias
misericordias para mis miserias
y estos refugios para estar contigo
la contraseña
no encontrarán explicaciones ciertas
ni razones que aclaren nuestros dichos
ni han de advertir porque le amé caprichos
en la niña de heridas mal abiertas
no han de saber porque me abrió las puertas
de sus ojos tan pícaros y bichos
enrarecidos de un rudal1 – güalichos –
por las viejas comadres de sus huertas
no podrán quebrantar estos asuntos
que nos hacen compinches siempre juntos
en el tibio mirar ya monasterio
y a quien ose violar la contraseña
quemarán su osamenta en buena leña
por haber profanado este misterio
no le digas
no le digas al viento mi nombre
ni me leas en voz alta
ni dejes caer sobre tu voz
algún recordarme
que hago refugios de versos para estar contigo
que pasaré por ti en el instante preciso
que me descubro en tu lucha
que me veo en tu llanto
no le digas al viento de mi
no se lo digas
el viento orada la piedra
y con tu llamándome entre sus soplares
me partirá el alma